Dilemas ante el conocimiento del genoma humano
Dilemas ante el conocimiento del genoma humano
Por: Fernando Chomali G. | Fuente: Dilemas éticos para el siglo XXI
IV.Los dilemas a los que nos vemos enfrentados con las posibilidades que permite el conocimiento del genoma humano 20
El proyecto genoma humano es de una proyección difícil de imaginar y traerá como consecuencia dilemas éticos de no fácil solución. Este proyecto pretende conocer la secuencia de todo el ADN humano y, por otra parte, descubrir los aproximadamente 30000 genes presentes en los cromosomas humanos.
Esto permitirá conocer el manual de instrucciones de la síntesis de las proteínas del cuerpo humano que determinan las funciones corporales, como la constitución de los distintos órganos, el color de la piel, la estatura, etc. Ello hará posible ubicar los genes que producen enfermedades genéticas o susceptibilidades genéticas para desarrollar una determinada enfermedad.
Desde el punto de vista ético, la ciencia y la tecnología que miran al bien integral del hombre, y que se sitúan en la línea de lo terapéutico, han de ser vistas positivamente, por cuanto conocer siempre es un bien y porque constituye una gran esperanza para tratar enfermedades que hoy no tienen curación alguna.
La posibilidad de hacer diagnósticos más certeros constituirá un buen instrumento para tratar al paciente de mejor manera. Sin embargo estas nuevas posibilidades plantean una serie de dilemas desde el punto de vista ético que han de ser analizados cuidadosamente.
En el ámbito del diagnóstico a nivel pre-implantatorio, en el caso de la fecundación in vitro, que pretende seleccionar a los mejores dotados desde el punto de vista genético, o con determinadas características, constituye una forma de eugenesia que responde a una nueva cultura que se centra cada vez más en la eficiencia. La misma preocupación se presenta en el caso del diagnóstico prenatal que no tiene como objetivo preparar sicológicamente a los padres para acoger al hijo, en caso de que venga con alguna afección genética o malformación, o preparar una posible terapia, sino que abortarlo. Ello va en contra del principio básico y fundamento de toda organización social de que todos los seres humanos son iguales en dignidad y deben ser respetados, y del principio de que las personas valen por lo que son y no por sus cualidades físicas o características genéticas.
Por otra parte, dado que muchas enfermedades de orden genético se transmiten de generación en generación, el tema del tratamiento de la información de personas enfermas pero asintomáticas sin duda que provocará una serie de interrogantes que deberán ser abordadas adecuadamente. Pregunto, a modo de ejemplo, ¿se requerirá un test genético para optar a un trabajo, o para acceder a una póliza de seguro, o para ingresar a un plan de salud? ¿No constituirá acaso el mal uso de la información genética una nueva fuente de discriminación basada en las características genéticas de las personas?
En relación a las posibilidades terapéuticas, la comunidad ha cifrado esperanzas. Aunque se ha de reconocer que las posibilidades de tener mejores diagnósticos sobrepasan con creces las posibilidades terapéuticas, lo que ya es un problema en sí, en un futuro próximo se espera que enfermedades hasta ahora imposibles de tratar, lo sean gracias al conocimiento del genoma humano.
En resumen, no cabe duda de que las opciones orientadas al bien de las personas que surgen del Proyecto Genoma Humano son promisorias y han de alentar la investigación. Se tendrá un mejor conocimiento de las enfermedades y ello permitirá tratarlas de mejor manera. Sin embargo, puede ser fuente de grandes discriminaciones con las personas que pueden ser sometidas, alteradas y manipuladas arbitrariamente. Estamos frente a una nueva forma de eugenesia. Francis Crick, quien obtuviera el premio Nobel por descubrir la doble hélice de ADN, declaró: "Ningún recién nacido debería ser considerado humano sin haber pasado previamente cierto número de pruebas relativas a su dotación genética ... En caso de fracasar pierde su derecho a la vida". Creo que una sociedad tan competitiva como la que estamos gestando va por este camino. Profundizar acerca del hombre y de su dignidad, así como del ethos de la ciencia y de la medicina, de la política, es una urgencia de la que debemos hacernos cargo, ya que está en juego el futuro de la humanidad.
Por otra parte, se hace cada vez más urgente generar leyes que eviten el mal uso que se pueda hacer de esta información. Pero sobre todo se ha de evitar caer en un reduccionismo antropológico que defina al hombre exclusivamente a la luz de su constitución genética. Es tarea prioritaria en los inicios del tercer milenio volver a profundizar la realidad del hombre como unidad corporal y espiritual, irreductible a sólo uno de estos aspectos, y para los creyentes, creado a imagen y semejanza de Dios, con una vocación trascendente.
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