DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II A LOS PARTICIPANTES EN EL III CONGRESO MUNDIAL DE LOS MOVIMIENTOS EN FAVOR DE LA VIDA 3 de octubre de 1995

13.08.2015 18:39

San Juan Pablo II, 3-10-1995 [Italiano]:

https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1995/october/documents/hf_jp-ii_spe_19951003_pro-life.html

«Frente a esta amplitud de campos de lucha antiguos y nuevos [en favor de la vida y la salud], donde se configuran «amenazas programadas de manera científica y sistemática» (Evangelium vitae, 17), es necesario juntar las fuerzas, unir las inteligencias y establecer estrategias comunes armoniosas y eficaces.

Vuestra misión se abre ante un horizonte realmente vasto, que implica también promover el valor insustituible de la educación de los jóvenes y de las familias en el amor verdadero, fiel y casto. No es realista pensar que se afirme una cultura de la vida si falta una seria educación de las conciencias y en particular, si no hay una real orientación afectiva hacia los valores de la familia. Estos presupuestos son cada vez más importantes en una verdadera estrategia de defensa de la vida.

En ese marco, la familia y la vida constituyen un binomio inseparable y del mismo modo, el amor casto y fieles el primer nivel y la condición insustituible de la cultura de la vida.

Estos compromisos, que constituyen los objetivos de vuestra estrategia, requieren una preparación profunda en el ámbito de las temáticas médica, ética jurídica y social. La lucha en defensa de la vida puede ganarse sólo si al entusiasmo y a la valentía de cuantos participan en ella se añade una preparación específica en estos campos. En particular, se requiere una formación en el importante campo de la bioética, destinada, ante todo, a los agentes sanitarios, pero también a cada uno de los ciudadanos.

(…) será singularmente valiosa la contribución que prestan los intelectuales, los juristas y los profesionales de la medicina, así como sigue siendo indispensable la aportación de los formadores de los jóvenes y de los responsables de los movimientos educativos, una vez que hayan profundizado, ellos mismos en primer lugar, las exigencias inderogables de la moral en defensa de la vida humana. Os exhorto a acompañar con particular atención a los adolescentes y a los jóvenes en las escuelas, para que puedan recibir una presentación adecuada de los valores morales, civiles y religiosos, que son coherentes con la dignidad de la persona humana y con la defensa y la promoción de la vida.

También es urgente prestar atención a lo que sucede en los Parlamentos, donde van manifestándose orientaciones legislativas en el ámbito del bioderecho y de la protección de la corporeidad humana y de la familia, que incluyen aspectos preocupantes. Cuantos tienen verdadero interés por la dignidad de la persona y el destino futuro de la humanidad, no pueden renunciar a su deber de vigilar y actuar».

Testimonios:

» www.religionenlibertad.com


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