La estrategia de los activistas de LOBBY GAY -Las tácticas

09.05.2015 10:49

Las tácticas

La estrategia de los activistas tiene tres puntales:

 

1º Calificar de homofobia toda oposición, asimilándola además a una forma de “racismo”.

2º Aumentar desemesuradamente el número del colectivo homosexual, bien a través de falsos datos, bien con la despenalización de la pedofilia o de la inclusión en la enseñanza (de modo obligatorio) de la homosexualidad como una “opción”.

3º La creación de un imaginario “mundo-gay” simpático, culto y benéfico a través de los medios de comunicación y las influencias, descartando los aspectos trágicos y sórdidos.

https://www.nucleosoa.org/LaCaverna/documentos/LobbyGay/LobbyGay.html

En el primer aspecto, la represión puede llevar a la cárcel en Suecia por leer ciertos pasajes bíblicos, en Francia a través de elevadas multas por un simple chiste, y en España por no permitir en un tablao bailar sevillanas a dos maricas.

J P Morgan, Golden Sachs

La “discriminación positiva” (el “yo sí, tú no” o “quítate tú para ponerme yo”), meta de todos los grupillos de presión, sí es admitida. Ahora la banca JP Morgan y la Goldman Sachs, dos de las grandes mundiales, exigen la condición homosexual en su actual campaña de contratación de ejecutivos.

El aumento falseado del número de homosexuales es hoy el principal caballo de batalla. Ya en 1948, el estudio de Kinsey, “Sexual Behavior in the Human Male”, daba la cifra de 10-47 %. Lo que no decía es que muchos de los encuestados eran violadores, presos, proxenetas, chaperos y otros delincuentes.

FEGLBT

No hay tal 10 %. En la última encuesta canadiense hecha en 2003 la cifra fue del 1,4 %. Curiosamente, a medida que aumenta la edad disminuye su número, ya sea por abandono o muerte (SIDA, enfermedades...). En cuanto a España (nombre que evita la FELGT -Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales -¿acaso son una institución o propiedad del Estado, o es una exigencia de las organizaciones de ideología separatista afiliadas?-), en base a cifras del INE y a los datos del Ministerio de Sanidad, los homosexuales son el 1 % de la población (de un total de 33,5 millones de adultos, casi un 50 % mujeres). Los que declaran contactos esporádicos homosexuales son un 2 % más. El 3 % total (relativo) sería casi de 1 millón, no los 3 o 4 proclamados.

Con respecto a los matrimonios, si sólo existen 10.000 “parejas de hecho” homosexuales, ¿de dónde salen los publicitados 100.000 “matrimonios gays”?, especialmente considerando que el matrimonio supone obligaciones contractuales y convivenciales. En la muy progre Suecia, donde hay un 53 % de divorcios, la probabilidad de ruptura matrimonial homosexual es de un 35 % más que la heterosexual, y la de lesbianas el triple. La Naturaleza es sabia.

Lo que de verdad pretende el “lobby gay” es la subversión social, un atentado contra los principios de naturaleza y sociedad que se rigen por el sentido común y la humanidad de los ciudadanos. Todo ello en nombre de los “derechos humanos” y la “igualdad”. Lo que esgrimen todos los grupos de presión minoritarios. Y con fines de normalizar la degradación y rechazar toda objetividad antropológica, sociológica, psicológica o cultural.

La jaula de las locasLobby Gay

En el tercer aspecto, el de la creación de un maravilloso imaginario-gay, los medios de comunicación tienen un papel fundamental. Si el lobby-gay ya dominaba de modo tiránico ciertos sectores de la música, en el mundo de la TV ha entrado a saco. Es difícil encontrar un presentador que no lo sea. Y en casi todas las series hay un personaje gay, simpático y bueno.

El terreno no era baldio, lo habían preparado las películas made in Hollywood, interpretadas por conocidos actores (heterosexuales o no) afines al lobby: “Priscilla, reina del desierto”, “La jaula de las locas” o “A Wong Foo, gracias por todo” y otras donde se propagaba una imagen del gay, entre víctima y élite instruida y exquisita, que poco o nada tiene que ver con el mundo de vicio sexual desenfrenado y de tragedia personal, que constituyen su realidad.

Kinsey

Un estudio del Instituto Kinsey realizado en San Francisco sobre varones homosexuales revelaba que un 43 % habían tenido relaciones sexuales con 500 o más hombres y que un 79 % habían tenido a más de la mitad de sus compañeros sexuales desconocidos. Por no hablar de las cifras del SIDA en los EEUU (¡el 78 % de los homosexuales manifestó tenerlo!). La propia GLNA (Asociación Nacional de Gays y Lesbianas) asegura que el alcoholismo y la drogadicción es ¡tres veces! mayor que entre los heterosexuales.

Paidofilia

La relación de la homosexualidad con la pedofilia es el siguiente caballo de batalla del “movimiento gay”. Ya hace muchos años que una Asociación de Jóvenes Homosexuales de Barcelona solicitaba la despenalización de la pedofilia. Ahora un partido holandés llamado “Amor, Libertad y Diferencia” (NVD) lo solicita. Reclaman, en un principio, rebajar la “edad del consentimiento” (y del consumo de alcohol y tabaco, el voto y la participación en películas pornográficas) a los 12 años, y después abolir el límite.

Este es un mundo al revés, un mundo aberrante. La norteamericana APA pone en su oficina homosexual a gays hostiles a las terapias de tratamiento y recuperación.

Judith A. Reisman

La propaganda, como todos los movimientos subversivos saben (del comunismo al fascismo, de los ecologistas a las ONG, de los defensores de las minorías a los nacionalistas), es más poderosa que el análisis y la compleja realidad. Pero los datos están ahí: el informe de la doctora Judith A. Reisman, ( ha enseñado en diversos centros: Princeton, Georgetown, Tel Aviv University y en el Rutherford Institute, así como en el Federal Bureau of Investigation y experta de la Comisión sobre la Pornografía del Fiscal General del Estado norteamericano), afirma que hay una estrecha relación entre homosexualidad y pedofilia, y que los programas escolares sobre la “diversidad y tolerancia sexual” y el hedonismo pornográfico imperante la impulsan. Se basa en sus dos estudios científicos: “Crafting Gay Children: An Inquiry into the Abuse of Vulnerable Youth Via Establishment Media and the School Room” (“Niños homosexuales producto del artificio: una investigación del maltrato de la juventud vulnerable a través del sistema de los medios de comunicación y del aula escolar”) y “Partner Solicitation Language as a Reflection of Male sexual Orientation” (“El lenguaje seductor como reflejo de la orientación sexual masculina”). En ellos acusa al doctor Kinsey de iniciar esta problemática aceptación. Estos estudios basados en estadísticas gubernamentales revelan que, mientras el maltrato infantil en heterosexuales había sido de un 9 %, en homosexuales había sido de un 24 %.

No sólo los estudios de Reisman reflejan cifras alarmantes en cuanto al maltrato infantil en homosexuales, los resultados según otros estudios son:

36% (Journal of Sex & Marital Therapy, K. Reund et al., 1984).

33% (Eastern Psychological Assoc. Convention, Nueva York, Dr. Raymond A. Knight, 1991).

42% (Journal of Interpersonal Violence, W. L. Marshall et al., 1991).

60% (Psychiatric Journal, University of Ottawa, J. W. Bradford et al., 1988).

En cuanto a la relación de la pederastia con el SIDA, tenemos que: el 50 % de infectados reconocen haber tenido relaciones homosexuales con un adulto a los 16 años, y un 20 % ¡a los 10 años!.

Cifras. Hechos.

Los relatos de este ambiente reflejan una depradación obvia y nada idílica:

Exibición gay

En esos meses de sequía, piensas que el mundo gay es una locura. Lo ves con cierta distancia y piensas que estás de atar, todos obsesionados por mojar, por follar (con perdón), ése es el objetivo. Luego están las fiestas, la parafernalia, la ropa, los adornos, pero debajo de todo eso no hay más que un objetivo: sexo duro, es todo. Yo, a veces, lo he hablado - y discutido- con amigos: quitas el sexo duro y ¿qué queda? Nada. Lo que pasa es que esto no se atreven a decirlo muchos”.

“Yo he visto cosas tremendas en las orgías gays. Fiestas monográficas de pissing (lluvia dorada); de fisting (lo del puño); o incluso de sado-maso (te atan, te azotan, te pinchan, te llegan a apagar colillas en los genitales). O clubes nudistas. En Madrid hay uno, donde es casi imposible no salir sin un par de relaciones o tres”.

“O lugares con códigos estrictos de ropa (en algunos sitios sólo admiten arneses o prendas de goma y cuero; en otros, con ropa militar). O con códigos de señales: hay orgías donde llevar un pañuelo de un determinado de un color quiere decir que me gusta que me sodomicen, o que me gustan los fetiches, o el beso negro, por ejemplo? Es cuestión de dar con la media naranja”.

“Te vuelves neurótico. Sufres porque ves a amigos tuyos que han pillado el sida, que se han ido al otro barrio, o que de pronto te los encuentras en un garito y están en los huesos, consumidos, y te das cuenta de que ya están en la recta final, y de que han contagiado o van a contagiar a todo bicho viviente. O con pañales de por vida, como dos que yo conocí, que tuvieron que hacerles una colostomía porque se habían destrozado el colon a base de introducirse juguetes en el recto (vibradores, penes de plástico, etcétera)”.

“Lo piensas fríamente y dices: qué locura. Cada club de sexo duro, cada sauna es una bomba de relojería de sida, un foco de infección, cuyas ondas se expanden cada vez más lejos. Y luego está la sensación de esquizofrenia. Haces vida normal y es una tortura mental acordarte, mientras estás despachando con un compañero de trabajo o hablando con tu madre, del fisting, por ejemplo. Y como no hay freno, aplicas tus fantasías sexuales, cada vez mayores y más extravagantes, a la gente normal que te rodea. Y en esos momentos notas que ya no eres dueño de tu mente”.